Como un león
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas