¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta