Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.