Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.