Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.