#poesía
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña