Como un león
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.