Cargando...

Postal de vida!
¡Céfiro la trajo!
¡Cloris nos bendijo!
El postremo suspiro se inmiscuye en mis carnes.
 
La bóveda se zarandea,
En la armonía que dicta la brisa,
Musa que acaricia
La aterciopelada tierra y su cabellera.
 
Penetran mi cuerpo,
Hiende su mundanidad,
Incinerar la carne,
Liberan la lumbre augusta
e indómita se embebece
de la bucólica concupiscencia,
de su beata lascividad.
 
Oh esplendente y casto sueño,
Imaginación eyaculadora,
Obra de Morfeo y afrodita,
Tus voluptuosas altezas,
Tus vertiginosas curvas,
Me pierden, en el linde con lo real.
 
¡Oh primavera!
Dueña de los frutos,
Dueñas de las flores,
Somos extremadamente tuyos,
Embriáganos con los juegos y sus dulzores
Profusos de luz, de arborescencia,
Déjanos una pizca de tu esencia,
De tu bermeja, azafranada y cálida presencia.

Otras obras de Francesco Colicchia...



Top