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Kin

Atiznado por tu caricia
Salida recientemente del inframundo,
Inmaculada, a pesar de las brasas,
Que asedian tu amarmolada silueta.
 
Piel de seda,
labios de vid,
tu mirada lasciva lacera mi ser
y lo anega de embriagador vino,
oh profuso lagar,
posees un perfume que los humanos jamás podrán destilar.
 
Excelsa Perséfone
reina del infierno
y madre de la vida,
¿Quién lo diría?
 
 
II
 
El dosel bailando,
Aquellas verdes esculturas, bailando,
Los algodones, extrañas criaturas, se mecen en el mar.
¿Hay algo que no salte de alegría por tu venida, oh Perséfone?

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