Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.