En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.