Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.