Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña