Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.