Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.