Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.