Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.