Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.