Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida