¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.