Cargando...

El polvo en un hombre.

Polvo en mi cara
y vejez que no para.
Eso hace el tiempo
a quienes en el desierto
se vieron exiliados,
y sus almas atrapadas
en la aridez del máximo dolor.
 
Desolado y con denso oscuro cielo,
en donde impera la estrella absoluta
y besando mi rostro empolvado,
a veces con violencia,
otras con delicadeza.
¿Qué rostro? Sino ese
que cuelga de un alma
y que no sabe si anhelar la helada noche
o la ardiente tarde.
 
Temor no es envejecer,
tampoco el final.
Es este instante.
Caos de cicatrices.
Incertidumbre de angustia.
Pesar de no hacer nada
y de no ser aun siéndolo.
 
Hay polvo en mi cara
y vejez que no para.
Poco a poco se oculta la luz
y la noche será larga.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Amadeus Graysmith...



Top