Después de todo
¿qué sería de mí: origen y reflejo de la sombra,
alma que arde en el corazón del laberinto,
ser nacido y forjado en el polvo de la historia,
multiplicado por la arena de los tiempos
y destinado a las cenizas?
Y después de todo
¿qué sería de mí,
sino mi circunstancia
y próxima consecuencia humana
por mantener ante todo el prisma infinito y frágil
de mi subjetividad más íntima, acaso el amor?