La Pausa
En el ventanal
el murmullo de las campanas
augura la pronta mañana,
un vendaval de voces se alza a lo lejos:
la ciudad se anuncia entre rumores y bocinas ansiosas.
En la tv un conductor
de prolijo bigote vocifera
que una sombra pálida caerá
inexorablemente
sobre nosotros.
Dice,
como si no lo supiéramos,
que llegar a fin de mes
será un oficio improbable
y ahí nomás,
detrás de la ventana
polvorienta,
dónde patalea una paloma,
la realidad estalla
con la furia de un berrinche.
Yo juego
a imaginar qué estás soñando
mientras te estrujo entre mis brazos
con el amor
que falta en todos lados
disimulo mi vigilia
con un bostezo mal fingido
y te sacudo la modorra
con un beso redondo,
y observo el día,
la ciudad impasible,
la tv ruidosa,
la paloma en la ventana,
el mundo a todo galope,
desde el remanso de tu ombligo.
Algo me habla a través
de tus ojos achinados de sueño
y el cuchicheo se esfuma
en su furor anónimo.
Todas las personas
que fui que soy que seré
se encuentran en tu mirada.
Ya vendrán
los tiempos de salvar el mundo
como soñaba de niño,
volveré siempre
a este momento:
a un sábado a la mañana,
al inventario de tus besos,
a la trinchera de tu ombligo.
Préféré par...
