Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.