No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.