En la piel de tus hijas, Madre America,
el sol ha pintado todos los colores.
En sus ojos ahonda la sabiduria de siglos
de esfuerzo frente a la opresion,
de lucha por sobrevivir,
de determinacion por salvar
a quienes aman.
Sus manos saben del trabajo y la caricia.
En sus brazos se acuna el futuro.
En sus corazones se abriga la esperanza.
En sus mentes
cobran realidad la igualdad y la justicia.
Ellas son, Madre America
—entre tus volcanes y tus llanos,
tus selvas y tus desiertos,
tus ciudades populosas
y las chozas de tus campos,
las dictaduras y el horrible racismo—
un grito
que rompe el silencio culpable.
Ellas son tu presente y tu futuro.
Por ellas,
sigues y seguiras siendo
promesa que llegara a cumplirse.