11/08/2016
Amo a la brisa, quiero abrazarla siempre. Mis brazos sufren en el intento y caen desolados, vacíos...
Cae la gota sin saber su final. Turbio destino.
¡En el silencio! siento el cálido arrullo de las palomas.
Ya sin aliento y al final del camino, ¡lluvia de abril!
¡Ella no sabía! que esa frustración la llevaría consigo tanto tiempo. Una inesperada y dolorosa
Sus risas, llantos y carantoñas son inagotables. La dicha de tenerlas enriquecen mi vida.
Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.
El trueno ruge. Y allá en la oscuridad, aúlla el lobo.
Todo seguirá igual, como la vida al desplegar su curso, que imparab… solo guarde mi imagen conmovida o un recuerdo fugaz e imperturbabl… Cuando ya yo no esté, vendrá el ot…
La decepción me invade, siento mir… Nadie sabe nada, ni siquiera los m… Me dejo llevar por los que siempre… Un día más, ya sin esperar nada. Eso sí, un día más...
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
La calle está vacía. Es noche oscura, sin luna. Solo veo las luces
Volando el águila sobre la inerte presa, queda solo huir. Sus garras se le acercan... ¡corre, sálvate, vive!
¡Pasan los días! Lentos, implacables con esa letanía que se convierte
¿Noche de estrellas, luciérnagas y luna? ¡Todas me alumbran!