Chargement...

trinidad

I. –mu
 
Llevamos por vestido un abrigo de silencio.
Cada aliento nos adentra porciones de Universo.
 
Envuelto en piel de quietud,
nuestro cuerpo es ahora el cuerpo del espacio.
 
A cada instante Alguien pronuncia nuestro nombre:
sin pausa, golpea nuestra puerta
 
                         Cordis
         cordibus
 
la casa abre y cierra el paso
a su huésped,
                      misterio.
 
 
 
 
ya no me muevo; soy movida
 
Quietud es danzar íntimamente el pulso, el aliento,
la contracción orgánica que sostiene al abandono.
 
Espacio es el Cuerpo en que somos inhalados
 
Y ese lugar que señalaba el final de nuestros cuerpos
/“allá terminas tú”; “aquí, yo”/
es ahora encuentro.
 
 
 
II. Zazen
 
No hay habitación vacía
Ni silencio dentro de esa habitación.
Entonces, ¿a dónde vas a entrar?
 
 
 
III. Mente ordinaria
 
Una voz me encontró, quizá la mía.
 
¿Quién, al fin,
templó el metal de este instrumento?
¿Quién sopló a través de él su aliento en verso?
 
no sé muy bien de dónde
vino
 
Vi un cuerpo inmenso,
oscuro y amplio y en silencio
O vi el espacio mudo pronunciando sin palabra el sustantivo
El verbo simiente del que brotan los sentidos
 
Sin rostro, sopló en mi
rostro las claves necesarias.
Escuchando de la nada melódicos
silencios fueron vibrando por mi mano sus canciones.
 
El verso fue emanando de la Clave; su magnetismo atrajo las significaciones.
 
Una voz me encontró, quizá, la mía
 
Dejé de ser y así vi al fin quién era: cuanto menos soy yo, soy más yo misma.

Préféré par...
Autres oeuvres par Tanit Barragán Montilla...



Top