al pie de los neumáticos
rugen entre asfaltos agrietados
los leones
contra el rigor negro y gris de los andenes
se desmelenan
mordiendo con su diente los suelos obstinados
verdes, se brotan las venas en la ancha frente de las autopistas
nomeolvides y tréboles abundan en su ‘no’
violeta y amarillo
enraizando su marcha contra la uniforme
dureza de las plazas
cuánta algarabía
desatiendes.
impera aún así
el rugir de esas melenas,
la fiera voz de breves bestias silvestres
que oponen a la monotonía de las calles
un canto salvaje, empecinado en romper la terquedad de los artificios.