y yo aquí tratando
tratando tanto
y casi llego a rozar el pliegue de la
hoja profunda
casi logro conseguir el quebranto
de la forma de relojes cotidianos
y afuera
la lluvia ríe con su esfinge de gota
con su pequeño mundo de tiempo
no seré hoy
ni mañana
habrá de lamentarse la noche
que cierra su abanico de estrellas
por mi insistencia de
ser
algo más
que el que riega las plantas
o el que tacha los poemas