Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,

Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo

Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,

Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,

Acaba de cruzar frente a mi parabrisas. Es ella. La recuerdo

Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo

Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde

Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más

Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.

Después de haber visto el mundo, a través de una botella, durante más de quince años, ahora –pasada ya la cumbre de la r…

Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,

Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos

De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir

Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo