#Españoles
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
No hay nada gratis. Ni siquiera lo que es gratis es gratis de verd… Siempre te lo descuentan
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez