Aguardando, aguardándote...
Aquí estoy arrimado a tu puerta,
a tu puerta sin nadie, sin nada.
Aguardando, aguardándote.
Así estoy en la noche postrado.
Aquí estoy al final de la senda.
Esperando, esperándote.
De rodillas mis ansias marchitas.
En mi mano una flor deshojada,
con temblor de rocío,
prendido en su tallo.
Por instinto de sangre,
llamando a tu aldaba,
¡Cuánto fuego en los soles de agosto!
¡Ay, qué duro es andar por la vida!
De cristales de frio
la nieve en invierno.
¡Qué desnuda y qué sola
se encuentra mi alma!
Aquí estoy errabundo, sediento,
tembloroso de escarcha,
herido de estrellas.
Polvorientos mis pies peregrinos, cansados.
Las alforjas vacías.
Soy un hombre que espera
Aquí estoy arrimado a tu puerta,...
Por si acaso, mi amor, algún día
te dignaras abrirme la puerta.
Esperando, esperándote...
Anhelando, anhelándote...
Deseando, deseándote...
Aguardando, aguardándote...
