Debo confesar que tengo mi pasado
Me maquillo largamente esperando verte
y la media bola roja me la fijo con cuidado
mis zapatos talla 80 siempre apuntan hacia ti
mi objetivo seriamente es hacerte reír,
pues mi misión, ferviente, es despertar la risa,
en tu alma, el eco de una carcajada precisa.
Confieso, entre muros de hermanos sombríos,
Por un tiempo, tejí lazos con los desfavorecidos,
Los seres enjaulados, sin libertad en su destino,
Mas de la carpa Gazca, escapé, sin ruido.
Y en noches líricas, cuando contigo me inspiraba,
Mis versos, altivos, en fila se agolpaban,
Tras mi dedo, urgían por ser plasmados,
Mas el celoso completador, mis palabras desbarataba.
Pretendía escribir “tántrico” y emergía “tonterías”,
“Que bella” se tornaba en una extraña “querella”,
Sonríes confundida, inquiriendo el misterio,
¡Oh, cuán caprichosa, la máquina que traiciona mi verbo sincero!
Te lo confieso con osadía y certeza,
Aunque aun no sepas, ni sospechas, ni indagas,
Que soy un payaso, un artista errante en peregrinaje,
En busca de una nueva lona, de un escenario que embriague.
Que al público entregue, con pasión desmedida,
El alma pintada en versos, con magia tejida,
Así, bajo la carpa del poeta, en mi espectáculo sutil,
Brillará mi esencia, mi esencia de ilusionista febril.
(2015)
