Haiku 3
04/02/2016
Regreso como cada día por esa calle tan habitual, siempre a la misma hora, como inevitable rutina a la que nos somete la vida. Encima de mí, un cielo de invierno donde no se oye el cant...
Gran río azul de aguas verdes y frías. Corre tranquilo, aunque el peso de tu profundidad te agobie.
La vieja mecedora, languidece en u… “Todos la miran y nadie la ve” Ni siquiera con el aura de recuerd… Aquella vieja mecedora arropó a mu… Fue testigo y confidente de alegrí…
Y yo aún aquí, mientras canta la alondra y nace el día.
Las cuatro décadas de tan hermosa niña, suman otoños.
Últimamente, o quizás desde hace bastante tiempo, me imagino cosas un tanto extrañas. Por ejemplo pienso, que “al doblar una esquina” Es esa sensación de enfrentarme a lo desconocido de...
Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.
Hermosa palabra, llena de esos matices que irradian vida. Es cuando el mar y el cielo se funden en un beso.
Delgados troncos atrapan a la luna en fiel abrazo. Tierno y leal cobijo a esa luz entrañable.
Gracias te doy por estar presente en el día a día. Tu amistad sincera es regocijo y aliento.
Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.
El silencio habla y también ensordece cual vulgar ruido. Podemos escucharlo si aprendemos a oír.
Olor a lluvia, soledad aparente. ¡Cantan las aves!
¿El primer beso? fue el bello despertar de la inocencia .
Noche de insomnio, gotas de agua que caen. ¡Quiero dormir!