Ojos Inyectados de Sangre
Desde una ranura opaca tiembla la fisonomía, se escudriña la carne, se retuercen las manos, se manchan las caras, las uñas fermentan, del desintegrado odio clínico se enciende la vastedad cristalina tallada en caligrafía natural pudriéndose en desuso, el relámpago resquebraja y rasguña, cercena la gula de amor hedente a sudor utérico, de pensar el pensar a pensar el pensar del pensar, sórdido, virulento, aullido macrófago de cigotos clandestinos y abandonados, chillan en los ríos de mucosa salada y piel muerta, desde las grietas de la gruta gritos grotescos gruñen agraviando la gramática de los grilletes de grafito, grasando gratamente gestos inocuos, se amanece sin título ni lugar ni tiempo ni ser ni nada de nada, se disipa, se difumina se emborrece todo o nada o nada y algo sin saber o asumiendo saber, proponiendo indagar cromaticamente la escala dinámica selenoidal de la vascularizacion sentimental, la vascularización del magma cultural tribal, generada en dominios de mandíbulas dislocadas de hendir sus huesos en la epistemología y constructivismo, dominios de rodillas rotas y frentes rojas de postrarse en el piso ante la infección frenética de ojos inyectados de sangre
Ojos inyectados de sangre
Ojos inyectados de sangre
Ojos inyectados de sangre
Ojos inyectados de sangre
Ojos inyectados de sangre
Ojos biyectados con cenizas
Ojos no epidermiyectados contigo
Mis ojos en ti
Siempre en ti
Te amo.
Preferido o celebrado por...
