No vuelvas
Pero no vayas a volver
porque yo ya te olvidé.
No quieras romper lo poco que quedó de mi.
Pero no quieras volver
a decirme así,
porque no quiero escuchar palabras de tu boca que me puedan herir.
Pero no vuelvas, por favor.
A querer mirarme a los ojos,
porque no quiero caer
(otra vez.)
No vuelvas. No.
No insistas con tocar mi piel.
Costó mucho apagar tu incendio.
No quieras volver a hacerlo arder.
Pero por favor,
no me cruces ni de cerca,
que yo en todas las caras –sin querer–
te busco
y si te encuentro no voy a saber que hacer.
Pero no quieras volver a mentir.
Fallaste tantas veces,
no intentes quebrarme una vez más.
No lo intentes.
Ni aunque quieras.
Que yo ya me alejé.
Que me está costando mucho.
Que no quiero volver a caer.
Seamos dos desconocidos
que se conocen muy bien.
Pero se ignoran.
Que todavía se duelen.
