A RODRIGO
Autor: Samuel Calsín Ríos
(Hoy que la tarde se ha vestido de luto.
hambre y tempestades cual signos de la muerte,
han despertado las ansias de atrevido insurgente,
motivando su andar por el sendero distinto)
Arde la leña detrás de aquella montaña.
Con dolor y canto la mujer se hace poema.
En el camino el llanto catorce veces ha caído
sobre un manto de soledad y olvido.
Mi hermano Rodrigo con su cruz ya trajinada,
cual rengo potro del destino
al cristo morado le extenderá la mano,
recordándole el pan y el vino prometido.
Mendigándole la luz de una noche inspirada,
noche de gaviotas azules en un velero de plata,
a fin que su ser en la proa visionaria
no llore versos cual lagrima clandestina.
Hoy que la tarde se ha vestido de luto,
un salmo santo se apiada de un hombre muerto,
que en el tiempo del desprecio se quedó silencioso,
como el trigo en el surco, el agua en un pozo seco.
Lanza el silencio en la mirada de la ausencia,
gritos de impotencia con aires de venganza.
Y con ansia de vivir, el fuego del dolor
al mismo Dios ha desafiado, tan solo por un beso.
¡Oh azucena cantarina!, tus manos de barro,
en manos de pan, sueñas sean convertidas.
Mientras tanto yo, con mi canto que aun vuela
y aunque a veces el ala le rumbee mal…
Buscando voy en la vía de un verso ignorado,
el fuego de la sangre de ágil potranca,
hermosa potranca que galopa danzando
con los ojos viajeros y cual alas sus ancas.
Ya mañana habrá vientos de ira que se quiebren,
habrá cantos con versos cual ramitas de olivo,
habrá flores, porque aquí están mis raíces
y habrá una tumba, porque aquí, quedaran mis huesos.
