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Mi compañera ira

El sabor de la ira,
hace hervir la sangre,
incita a maldades,
calienta noche y día.
 
El sabor de la ira,
en nada nos deja,
se queda y tormenta,
perdemos paciencia;
 
tomamos acciones,
dañamos lo amado;
herir sin cuidado,
malas decisiones.
 
Tanta es la ansiedad,
vituperios busca,
y al bien asusta;
adiós bienestar.
 
El sabor de la ira,
agudiza la mente,
nada en reluciente,
pésima ironía.
 
Queda sufrimiento,
de puros supuestos,
sin ver la salida
a tal osadía.
 
El sabor de la ira,
¿qué buscas amiga?,
¿cuál es tu objetivo?,
¿tenerme cautivo?
 
Diga compañera
la lección que guarda,
tan turbias aguas,
sea usted sincera;
 
que en mis peores
y oscuros momentos,
siempre le veo,
junto mis temores;
 
pero nunca nada
le puedo aprender,
por  insensatez,
hable bella dama.
 
—Mire compañero,
este escarmiento,
propósito tiene,
calme y contemple:
 
¿qué tanto molesta?,
¿dogma inminente?,
¿preludio adyacente?,
¿qué tanto le enerva?
 
Vea, impertinente,
cosas, lo que son:
verdad más ardiente;
escuche la razón.
 
Procure usted
cruzar ya el río,
nada que temer,
con todo ese brío.

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