Perder el Verbo
De la perla se nace
Del verbo la carne nació,
más tiempo en esto se perdió.
Infinitivo, hechos materiales son,
pero en subjuntivo el mundo renació.
La boca el deber llama;
en su escaramuza el arte prede la llama.
Llamada de sujetos remarca
la apariencia de aquellos sin alma.
Ver entre las rendijas del tren
el camino de un sendero impaciente.
Poseo en las manos el machete
con el que las venas nombro.
Sangre de seres olvidados,
muertos por el reinicio de futuros.
Eterno retorno del incienso
del ataúd todavía en velorio.
Olvidado recuerdo de cuando nací,
pues de una perla se dio el génesis.
El verbo conmigo se formó un Dios
en la palabra más linda del mundo: adiós.
