Yo tenía en mis manos un cofre, era de oro. No me importaba que tuviera algo dentro. Podría estar lleno
A menudo no entiendo la noche Menos entiendo la Luna No he de querer comprender Es como querer entender al mago y a su magia
Soy mía Soy tan mía... Me poseo Me celo Me antojo
La malnacida, la mal querida se esconde tras las sombras. Busca caminos
Pesados, hondos, profundos Milagros se esculpen en el infinit… Tiene frío y se le estremece la co… Es apenas la sombras del sol Pero no cede suspiro a la muerte
Detrás del cristal las gotas de la lluvia, dentro mío un recuerdo deslizan y desaparecen en un charco de agua y de nostalgi…
La blancura de la montaña me recuerda como quisiera que fueran mis pensamientos Pero miro al cielo y el celeste y las nubes que me nublan
Por qué se van? Por qué se alejan de mi? Las mariposas con su fragilidad El aleteo inmenso de su compañía Eran tres y eran mías
Si yo me encontrara conmigo, en otro tiempo, en otra parte, podría saber si es destino la fortuna o la desgracia de mirarme.
Me dolés en las rodillas en el maíz de tu castigo, en el grano de tu ausencia Me dolés en la cabeza rumiante empedernida
Sobre sus grietas se cuela un recuerdo roído, rezagos de olvido. O acaso es quimera del tiempo perdido
A galope vengo, A galope voy. Traigo conmigo mi espada, mi armadura es lo que soy. No tengo miedo a la muerte,
El banquito en la plaza y las cosas que pasan pasan lento en mi mente me olvido el presente Y ahora... y ahora
Quizás un día este árbol vuelva a quedarse vacío y el pájaro con su nido vuelen para alguna parte Y solo quede recordarte
Duermo con el sonido del viento Mientras sueño que viajo con las hojas Soy una pluma, suave, liviana Despierto en la copa del árbol