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Metamorfosis

Llega el día por el que tanto rogaba,
llega la calma que tanto deseaba,
llega el rayo del luz que buscaba,
llega la vida que tanto extrañaba.
 
Y de repente ya no espero,
y de repente ya no hay duelo.
 
Disfruto su presencia,
disfruto su ausencia,
no me aferro a su existencia,
y aprendo a amar la esencia.
 
Admito mi debilidad
al toque de sus manos,
disfruto su sabor ideal
al ritmo de sus labios.
 
Pero dejo que todo siga,
dejo que el destino fluya,
que sea lo que Dios diga.
Vivir mi vida sin perderme en la suya.

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