Déjame robarte,
arrebatarte nuevamente,
fundirme en ti.
Déjame verte,
resplandecer en tus ojos
y llenar de alegría el rostro.
Déjame acercarme,
permite que recorra toda tú piel
y que en tus labios me desarme.
Déjame presentarme,
ofrecerte una oferta nueva,
convencerte de aceptarme.
Déjame buscarte,
escuchar toda advertencia
y arriesgar a conciencia.
Déjame entregarme,
recibe mi corazón arañado,
desnudo y descarado.