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Se resuelven en Ilobasco mil relámpagos acompañados de gotas huecas como nuestras promesas, pero esta lluvia es diferente. O sea,
Acabo de llegar a un café en la Avenida Tennyson. Pedí un licuado de mango con guineo. ¡Qué tropical! La dramatización de mis compañeros fue buena. Shakespeare alienta mis tardes. Pero ...
Cómo me envuelven sus carnosos labios y traga cada una de mis notas... ¡Ah, cómo me exprime!
Fátima, mi mulata, es la inefable… de valles, cascadas, lagos, volcanes y caminos... ¡Ay, ella todo lo que toca lo enca… y, encanta también, con su verano
Sus labios... ¡Oh, mujer! ¡Ay, sus labios rojos me iluminan como una luciérnaga encima de una rosa! ¡Sus labios rojos! ¡Ay, son labio…
Beber la miel errante de sus labio… es sentir el tierno calor de su ci… Es sentir el brillo incesante de s… y, de sus manos, la ternura. Verla lucir el desorden de sus abr…
Yo soy el viento que destruye el e… de tus manos, tu mente, tus nalgas… Yo soy aquel que te busca y te enc… ¡y te da remedios! Para todos tus males, pesadillas y…
La poesía desnuda el alma. Sabrosa y provechosa goteás. Así, parece que el tiempo no pasa. ¡Ay mamacita parrandera cómo me quitás el sueño!
¡El Centro también existe! Los de en medio vamos arriba o abajo. Dependiendo cómo estamos. No, nos mandamos,
Con decoro y mucha tinta desencadenada mi mujer me envía muchas rimas sobre el más humano y exquisito deber
¿Puedo chuparle sus huevos y su hermosa verga, mi Señor? «¿Qué querés puta?» ¡Señor, le ruego e imploro que me permita chupar
Y bajo la fiera luna como fieras nos regamos con fuego y agua tierra y viento
Al otro, a Julián, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Los Ángeles, y me demoro, acaso ya mecánicamente, para admirar las montañas grises resaltadas aún más por los fríos y r...
Él se enamoró de su voz airosa; el…
Vierto la soledad de sus heridas y plasmo el sueño de sus sonrisas. ¡Oh, el laberinto de sus besos! ¡Cómo despego y despego en su tibia estrella de mar!