#Mujeres #SigloXX #Uruguayos
¿En qué silente cinturón de espuma se oculta ahora la promesa yerta? ¿Tras de qué muro o entornada puer… gime mi mundo? ¿Qué hora, qué mañana entre tumult…
¡Ah si pudiera ser de piedra o cob… Para no sufrir! Para que así dejara de fluir La cisterna salobre De mi corazón.
No quiero descender en lluvia mans… sobre este campo de maduro trigo. Nube: su dueño malo es mi enemigo y hasta los crueles mi bondad no a… Yo regué sus sembrados. S u labra…
Cantar del agua del río. Cantar continuo y sonoro, arriba bosque sombrío y abajo arenas de oro. Cantar...
Sin espejos la tarde, escaso el dí… que apenas su cyclamen insinuaba y la prímula en flor se balanceaba entre follajes de neblina fría. Y mi azor, ah mi azor de fina gual…
Te voy dando el aliento de mi vida con huracán o silfos de la brisa, con duro llanto o elevada risa, con ademán abierto o mano asida. Del caballo en que voy tienes la b…
Bajo la luna llena, que es una obl… vagamos taciturnos en un éxtasis v… como sombras delgadas que se desli… las arenas de bronce de la orilla… Silencio en nuestros labios una ro…
Las mariposas blancas me seguían y bendecía el Padre mi ganado, las eras con el pan, y los amados seres que el Paraíso me extendían. Los selváticos tigres que venían
Con la cántara llena de agua, y la boca de moras teñida, y crujiente de espinas la enagua, y en el moño una rosa prendida, De la fuente retorno, abismada
¡Ah, mi dulce hermana, vas Derecho hacia Dios presente, Quisiera no estar ausente En tu apoteosis celeste Y he de prenderme, aunque cueste
Sirena que en el sueño me has llam… desde tu frágil costa de neblina: en tu vaga canturia ultramarina un reclamo de abismo me ha llegado… Tal vez me tengas, de coral labrad…
En el fósforo vago de la muerte anda la vida, fruta y ser latiente… Todo se vuelve cálido y sufriente en el juego de dados de la suerte. Espero inhábil, pálida y conscient…
Crecí Para ti. Tálame. Mi acacia Implora a tus manos su golpe de gr… Florí
¡Agua viva del mar! ¡Agua inquieta del mar! ¡Las poesías que inspiras en tu eterno rodar! Los mil ojos del agua.
Tuve la rosa, el ruiseñor, el río en que danzaban los azules peces; tuve la leche de las blancas reses en las mieladas albas del estío. Tuve el amor, la risa, el sueño mí…