Sujeto a palos en cruz, Un hombre, quieto, Sobre dos palos en cruz, Con sogas entre los huesos. Y abajo el viento.
El arco en desazón de tu cintura cimbreó su tallo en fresco movimie… como si todo el soplo de tu alient… no cupiese en la red de su envoltu… La quemazón del lecho y su blancur…
Así es ella, me dije; es la alegrí… Remota y honda que de pronto llega A despejar el nudo que se debe Desanudar en la penumbra inquieta. Noche y albor, me dije,
Con un silbido derribaré esa puerta, esa ventana; penetraré en tu corazón con un sil… Viene, lo reconoces, de una ancestral maraña, de un pri…
Por qué no habremos de querer noso… Lo que nunca quisimos; por ejemplo… Sobre el remanso de un río, Con camalotes en sus costados, Con sus ventanas en regocijo.
Quizás porque en ti se asombran Las cosas voy reinventando Un nombre nuevo a las cosas. Quizás por eso buscamos Signarle un color distinto
Y hemos de beber todavía en esta guampa lisa de toro al des… gustando una agua clara, mezcla de… caña blanca y aroma de salvaje roc… bajo un cielo ocupado por todas la…
Vienes de afuera. Traes Vitales adherencias en la mirada c… Se te ve el regocijo. El júbilo t… Repites nombres, cosas. Y al punt… En ese espacio grave de distancia…
Eso somos: las flechas En un arco tendido, la despreciabl… Las leñas que han de arder en los… Del blanco en La Misión, los hijo… Del vasto infierno de los desierto…
Con mis dedos lo acaricio, tenaz y… Su inquebrantable amistad Me enseña como un ejemplo Lo que es lidiar sin flaquezas, Sirviendo de parapeto
Siempre que alguien me visita (Viniendo de allá), miro sus huell… por si todavía chisporrotean, por… atravesó las fronteras, o la verja… inmovilidad; miro sus ojos
Nuestro país (el mío, El que puedo ofrecerte), aquella Dulce tierra violenta, con la fren… Segada y abolida por un aire quema… Donde ochocientos ríos le dan curs…
Como desde cien años De lluvia, De una respiración embravecida Proveniente de un fondo de vértigo… De un cántaro colorado
—Apacigua esos impulsos Que te encienden la mirada. Piensa que pueden matarte. ¡Ay, Juan Ramón, no te vayas! —Guarda esas súplicas tuyas,
Debe, allá, estar lloviendo; Sin pausa estar lloviendo, llovizn… En los bosques, Sobre las casas pobres, abotonándo… La noche y mesándose la barba enve…