poesía japonesa
Quiero que sepa el mundo entero que ya no te quiero, que por logré decirte adiós. Solo deseo no verte jamás, que esa mirada ya no sea para mí.
Perdida estoy, en el cristal del alma los vidrios rotos. Has rasgado mi vida en mil poemas vanos.
Solo soledad en esta expiación que me lleva a suplicar este día amor dejaré atrás la cobardía solo quiero que en esta redención, pueda decir que yo no te mentía
La felicidad será estar contigo. No sé cuándo. Será en el momento ideal... y será
Soy animal salvaje, que nadie amaestra. Ojalá te des cuenta de lo imbécil que has sido, dejándome marchar.
El lirio blanco aromando el camino. Cerca mí casa. En la ventana las orquídeas blancas.
Me das un morreo de despedida que me deja tiritando todo el día, pienso, que no falten tus besos. Cuándo llegas por la noche
Tonto y estúpido amor, ¿qué haré contigo? de ti solo tendré quebrantos, quizás mi amor solo sea un hologra… quizás solo es un estúpido
Te he repetido hasta quedarme sin voz que soy tuya, tuya por siempre. Créeme cuando te digo que nunca he amado
Mejor que te calles, no quiero oír tus mentiras, tú no tienes educación, no tienes perdón. Me decías mi amor,
No levanto cabeza, todo es tristeza, veo delante de mí un camino negro, donde mis pasos me llevan
Muérdeme el cuello dos colmillos albos se clavan en mí. Siento por mis venas caballos correr,
Quiero leer con mi mano poemas que entre tu piel; se muestran para mí. Tu cuerpo un libro abierto.
Mar cristalino que me abraza llorando, entre las olas. Quiero una playa y perder la mirada,
Paso las horas mirando el teléfono... sé que no llamarás, siempre hay una excusa nueva, ya no recuerdas que tú existes porqué yo te doy vida