Un cuerpo de tierra
el vientre esencial:
la madre savia.
Descompone –hilo por hilo– un legado
añejo, decrépito, oscuro.
Susurra mantras con las manos
en vísperas de algo.
Engendros se arriman
martirios abrumarán sus ojos
ella lo sabe
por eso calma
por eso desenreda.
En la penumbra:
abre un libro
le hace el amor
prepara la cena
la hace con amor.
Ama a sus hijos
con agua de lluvia.
Los recuesta,
se recuesta,
muere.