Haiku 46
Noviembre /04/2018
Siento tu risa como ese eco distante que se aleja en la frialdad de cada invierno. Y tu voz...
Y esa hoja verde, solitaria y endeble, vaga en el agua.
Olor a lluvia, soledad aparente. ¡Cantan las aves!
¿Noche de estrellas, luciérnagas y luna? ¡Todas me alumbran!
Mi querida maestra: Eras una y única nuestra, latía en nuestro corazón, la fe de volverte a ver, sin nosotras poder saber,
—Acércate hijo, ven, pon tu manito en mi vientre. Aquí, mira, aquí dentro está tu he… ¿Vamos a dibujarla tú y yo? le dije dándole un beso.
¿Habéis pensado alguna vez que cuando nacemos somos ricos? La riqueza no se mide en dinero, se mide en tiempo, que es, el que en definitiva,
Amanda baila como las bellas aves que baten alas. Su ritmo es como viento incansable y tenaz.
El sonido del agua contra los cris… de forma armoniosa y continua, arrulla con dulzura musical mis se… Y...disfruto casi como una adolesc… simplemente tocando el vidrio frío…
Caracolillo, al verte desde lo alto, ¡cuan frágil eres!
Saliendo el sol, corrí veloz al campo. ¡Volvió a llover!
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
Cuando el instante, la casualidad o el amor se acoplan; entonces, viviremos, entonces, ¡Naceremos!
Amo a la brisa, quiero abrazarla siempre. Mis brazos sufren en el intento y caen desolados, vacíos...
¡En el silencio! siento el cálido arrullo de las palomas.