Febrero/28/2013
Amanecer en un día nublado; nos hace verlo, como el sutil frescor que nos regala el cielo.
Es como el tiempo, que plasmado en la piel, ¡se paraliza!
La cigüeña se aferra a su alto nido y mira airosa. Son sus potentes alas amparo de su prole.
Vuela aquella golondrina por los c… esperaba ansioso sus plegarias. La golondrina sin rendirse, vuela… El canto poco a poco se fue convir… Y el río... el río ya no podía llo…
Abro mis ojos, miro el amanecer. Siento el aroma de la mañana y digo: ¡desperté!, soy feliz.
Ese sonido de las pisadas sobre las hojas secas. Esconde una sensible melodía que encanta.
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
Croa la rana, salta al oscuro charco. Mira al nenúfar.
Hay cosas malas que mucho desconciertan. Mas, lo peor, solo es inevitable cuando ya ha sucedido.
Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.
Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!
—Dime q me quieres, que me extrañas. Dime que me necesitas... —Te quiero, te extraño,
Si perdonamos, liberamos el alma y nuestro ser. Pero sólo, si lo hacemos de verdad.
Cuando dormimos, vuela nuestra conciencia, si...¡no hay insomnio!
En hoguera de melancolía hundo mis manos, y comienzo un intenso conjuro entre mi alma y yo.