Mayo /21/2016
Fueron tus manos, incansables y férreas parando el tiempo. La Odisea de Ulises tu consuelo final.
Regreso como cada día por esa calle tan habitual, siempre a la misma hora, como inevitable rutina a la que nos somete la vida. Encima de mí, un cielo de invierno donde no se oye el cant...
Miro al espejo más, no me reconozco y sonreí. No era yo, es una imagen que sólo me contempla.
Enlazadas nuestras tristes manos atravesamos la gran ciudad, sería nuestro último verano para enfrentar la realidad. Llegaste a tu morada final
Gracias te doy por estar presente en el día a día. Tu amistad sincera es regocijo y aliento.
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
Hoy ¡al fin!, he secado una lágrim… “ la mía”
Me siento pegada a esta tierra est… que ya no da sus frutos y mucho menos el perdón. Para mí, el hoy es incierto y el mañana
Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!
Grabo el instante, es el reto a seguir, y... llegas tú.
¡Pasan los días! Lentos, implacables con esa letanía que se convierte
Sus risas, llantos y carantoñas son inagotables. La dicha de tenerlas enriquecen mi vida.
Si los suspiros mueren en el oído de quien los causa, la vida fuera mucho más bella y placentera.
¡Abrázame! y calla. No hables, solo...
Suave cadencia, tibio frescor que abraza. ¡Así es mi mar! Siempre sueño con él, siempre... me pierdo en él.